Recuerdo perfectamente ese día.
El día que me di cuenta que algo tenía que cambiar dentro de mi.
Todo este camino del emprendimiento y el desarrollo personal está genial, el hecho de compartir experiencias y aprendizajes con vosotros es genial, pero todos sabemos que la vida son ciclos, y que hay veces que nos apetece más y otras que nos apetece menos.
Para mi el último año ha sido una locura, actualmente llevo la vida con la que hace un año soñaba, de eso te haré un video en específico, pero tanto trabajo ha hecho que en ocasiones explote, y este verano ha sido una de esas veces.
Por primera vez sentía apatía cuando me hablaban de trabajo.
Cuando había reuniones.
Cuando había que editar contenido.
O cuando había que fichar nuevos clientes.
No me apetecía entrenar.
Lo único que me apetecía era estar rodeado de mujeres y con una copa en la mano.
Un comportamiento y una actitud que rara vez ocurría en mi desde hace tanto tiempo.
Y ojo, no digo que esto sea ni bueno ni malo, en la mayoría de casos, la dosis hace el veneno.
Pero en mi caso específico, la dosis empezaba a excederse.
Yo era consciente de que la vida son ciclos, y por eso decidí dejarme llevar.
Mi ética de trabajo me lo permitía, así que por qué no, fue lo que pensé.
Y así empezó una etapa de mi vida en la que, el único foco estaba en:
- Beber
- Mujeres
- Redes sociales
Había dejado de lado todo aquello por lo que había luchado tanto.
Por cuidar mi mente y rodearme de la mejor gente.
Por emprender y acercarme a esa libertad que todos ansiamos.
Este periodo afortunadamente no duró mucho, y de ello me di cuenta a mediados de julio.
Estuve 1 mes alejado de este estilo de vida que tanto amo.
Y en el video de esta semana te quiero presentar los 4 jinetes del apocalipsis que destruyen la ambición de todo hombre.
Te presento:
El protocolo definitivo para arruinar tu vida.