Pajas mentales
Ultimamente me he aficionado a ver documentales.
Me encantan los animales la verdad.
De hecho, uno de mis sueños es tener un montón de animales en mi casa de la montaña.
Vacas, toros, perros, caballos, de todo.
Lo gracioso es que soy alérgico a la mayoría, pero ya veré como me las apaño.
El caso es que te engañaría si te digo que veo los documentales activamente como una serie de Netflix.
No.
Ni mucho menos.
Cada vez que le doy al play tardo 10 minutos de reloj en quedarme dormido.
Son maravillosos para echarme la siesta.
Pero a pesar de quedarme dormido cada vez que veo un documental, me he dado cuenta de la dura vida que llevan los animales.
Te voy a poner el ejemplo del oso polar, aunque esto se aplica a TODOS los animales.
El oso polar se tira días y días caminando y nadando por desiertos de hielo para ver si cada una foca.
Pero no solo eso, cuando tiene la suerte de dar con una foca, el 66% de los intentos de caza resultan en fracaso.
Es decir que si el oso se encuentra 3 focas, solo se va a comer una.
El oso no se puede leer un libro.
El oso no puede estudiar una carrera.
Ni si quiera el oso puede ver crecer a sus hijos, ya que cuando estos cumplen 2 años, se piran y no los vuelve a ver.
Literalmente el oso viver para comer y procrear.
Para nada más.
Y te he dicho que esto se aplica a todos los animales, entre los que también incluimos al ser humano.
La preocupación más básica que tenemos como seres vivos es el hecho de mantenernos vivos.
Valga la redundancia.
Nuestra naturaleza pasa por 2 procesos esenciales que son:
Comer: para mantenernos vivos
Procrear: para mantener viva la especie
Más allá de eso son añadidos y constructos que ha desarrollado nuestro cerebro, y es aquí cuando jugamos con ventaja.
Darme cuenta de esto me ha ayudado a relativizar mucho mejor mis problemas, y estoy convencido que a ti también te va ayudar.
“Mierda !! El móvil no funciona !!“
Relax amigo.
Respira.
Piensa en tu familia, en tu novia, en tus amigos.
Está todo bien ?
Entonces qué motivo hay de quejarse ?
Ojo, no me malinterpretes, yo soy el primero que en muchas ocasiones se enfada por cualquier gilipollez.
De hecho, una de esas situaciones me ocurrió la semana pasada cuando me tuvieron 2 horas esperando en el taller para cambiar una puta rueda.
Me pillé un cabreo de cojones y solté unos buenos berridos por el grupo de whatsapp de los colegas.
Pero luego me paré a pensar y dije:
“Tengo comida y agua, una familia que me ama, un círculo social ejemplar y estoy luchando día a día por desarrollarme y construir la vida que quiero, porque coño me estoy quejando ?“
No te pido que no te enfades.
Ni que no grites.
Nada de eso.
Lo único que te invito a hacer es que después de haberte enfadado, gritado y desahogado, te pares a pesar y no dejes que esas gilipolleces del día a día dominen tu vida ni tu estado de ánimo.
Tú controlas todo.
Y como tú controlas todo: